Están solas, injusta palabra, ella las aprecia, las nota,
las siente. Indiferente pasan a su lado y ella se sorprende y se indigna, les
sonríe a destajo y aunque le ignoran, a ella le da igual, sabe que no es así.
Pobres, bastante tienen con llevar el peso de la ciudad, de sujetarlas cada
madrugada, de secarle las lágrimas. Café frío, helado caliente. ¿Qué más da? La sociedad le da la
espalda ¿de qué sirven? ¿Para qué estás ahí? ¿Y tú sujetas la
ciudad? ¿Un euro?
- ¿Por qué
están ahí mamá?
- No sé hija, rápido que nos cierran las tiendas y tenemos que comprar el árbol de navidad.
- No sé hija, rápido que nos cierran las tiendas y tenemos que comprar el árbol de navidad.
Ella también va con su madre, pero es diferente, ella no pregunta, sabe porqué están ahí. Porque la vida es injusta.
Es navidad y las esquinas están tristes.
Pero seguirán pasando frío y el hecho de que nieve no despertará ninguna sonrisa en sus rostros, tampoco habrá ninguna chimenea con un árbol decorado de estrellas al lado..., se aprecian mejor en el cielo.
Feliz hipocresía.
Es navidad y las esquinas están tristes.
Pero seguirán pasando frío y el hecho de que nieve no despertará ninguna sonrisa en sus rostros, tampoco habrá ninguna chimenea con un árbol decorado de estrellas al lado..., se aprecian mejor en el cielo.
Feliz hipocresía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario